El ancla
En el ámbito de la ingeniería todo avanza a pasos agigantados y la tecnología nos lleva a su velocidad. Tratamos de cubrir necesidades de negocio de los diferentes clientes para los que colaboramos y sin darnos cuenta se pasan los años y vamos cambiando de equipos de trabajo, de compañeros/as, de empresa, de clientes…, todo muy rapido. Estos cambios a menudo son tales que permiten en pocos años poder tener comparativas de buenos y malos momentos ya que se acumulan muchas circunstancias vividas.
Y en aspectos de tener esa intención de mejorar de forma continuada nos resulta muy beneficioso viajar a determinados momentos y analizar mejores opciones de hacer lo que se hizo y traerlas al presente inmediato para mejorar como profesionales, incluso como personas.
Hacer un balance entre las decisiones que se tomaron y las que se podrían haber tomado es algo complicado, no obstante el requisito básico es ser coherente con uno/a mismo/a. Sé honesto/a y elige lo que quieres, alineado con tu propósito.
Y un aspecto muy importante que destaco es el hecho de “no quedarte anclado/a”. El efecto “ancla” a veces nos perjudica y no nos permite vivir el presente, así que viaja al pasado para meditar y para establecer esas comparativas y mejorar pero pon la claridad y el foco en el presente para seguir avanzando y creciendo.
Me he inspirado en un colega que esta misma mañana me comentaba que su situación profesional había sufrido un cambio y que se encontraba ahora en unas merecidas vacaciones, espero que este pensamiento os venga bien a más de uno o de dos.